Lxs cordobesxs en Rafaela 2023

Hacedorxs del teatro cordobés pisan fuerte en la edición número 18 del Festival de Teatro de Rafaela. 

Por Micaela Fe Lucero

Desde este sábado 22 al domingo 30 de julio se lleva a cabo una nueva edición del Festival de Teatro de Rafaela (FTR). Habrá 33 obras de varias provincias de la Argentina, de las cuales cinco son de origen cordobés: El aviador, El aviso desoído, DeSastres, La Celestina, tragicomedia de Lita y La Sapo. Además, Luciano Delprato fue convocado para dirigir el Laboratorio de Teatro I, del que salió Las Cosas

A continuación, el testimonio de quienes hacen las obras cordobesas que estarán en Rafaela 2023: 

“DeSastres”

DeSastres, una de las obras más famosas de Cirulaxia Contraataca, tiene el honor de inaugurar el FTR el domingo 23. Su sinopsis dice: “Tres clown-sastres argentinos amanecen en Londres y se enteran que han sido elegidos por el millonario Phileas Foog V, descendiente de aquel que diera la vuelta al mundo en 80 días, para realizar el traje que lucirá al regreso de un nuevo desafío, promete concretar el mismo recorrido que su antepasado en tan solo una hora.Para Pituco, Paquete y Coqueto es un gran avance en su carrera profesional, pero abandonan la tarea indefectiblemente para internarse en disparatados juegos hasta llegar al final del tiempo pactado sin el modelo construido”. 

En diálogo con Criatura, Elena Cerrada, su directora, comienza resaltando la “fortuna” que han tenido siempre con el buen recibimiento de sus espectáculos por parte del público, y la buena experiencia recorriendo rincones del país “como León Gieco: de la Quiaca a Ushuaia” y otros lugares de Latinoamérica: “Siempre ha sido con el acompañamiento del público y de las personas que se dedican a difundir como periodistas, investigadores, docentes”. 

“La verdad que en nuestros 34 años de camino son tantas las experiencias que solo se puede agradecer”, señala. 

En cuanto a DeSastres, repasa: “Tiene más de 1500 funciones hechas, tiene este año 21 años ya de estrenada. Es muy reconocida y muy querida, creo que porque tiene una simpleza, que es una valoración de la capacidad que todos los seres humanos tenemos de jugar, de recrearnos, de reinventarnos, de hacer con lo que hay cerca, de volar con la imaginación, de viajar a través de lo más sencillo. Es un viaje al corazón”. 

“Es como abrir la puerta a las personas que están en el público para permitirse esa estupidez, esa tontera, esa pavada y a la vez esa infinita maravilla que es jugar, que a veces la vamos perdiendo con el paso del tiempo. Pero esa capacidad lúdica la tenemos todos los seres humanos y distinto sería el mundo si nos permitiéramos mostrarnos vulnerables, mostrar esas partes que no salen a la vista. Ahora que hay tantas redes y que todo lo que aparece es lo perfecto, lo hegemónico, lo que está bien, lo que debería ser, más que nada hay que mostrar estos tres personajes que fueron trabajados a partir de la técnica del clown, que justamente tiene que ver con eso, con el lenguaje escénico del payaso: un camino en el que cada uno tuvo que animarse a dejarse ver en esa parte estúpida y a la vez tan amable”. 

También, desde esa larga trayectoria, reflexiona sobre el momento que atraviesa el teatro cordobés: “Creo que es un momento de explosión creativa, de muchos lenguajes, de muchas miradas, de muchas estéticas. Córdoba siempre se ha destacado a nivel teatral en el panorama nacional, y también ha tenido grandes referentes a nivel internacional y estamos en un muy buen momento. Además, tenemos tres escuelas que de alguna manera contagian, forman actuantes, directores y directoras, y dramaturgues”. 

“También es un tiempo pos-pandémico todavía, donde venimos arrastrando muchos espectáculos unipersonales que fueron elaborados en la soledad y ahora se están volviendo a ver obras que tienen equipos grandes. El público acompaña, está creciendo el público en nuestra ciudad. Es un momento también de mucha convulsión creativa y de mucha incertidumbre por lo que vaya a pasar, porque el afuera está difícil y no sabemos hacia dónde estamos yendo. El arte tiene eso de acompañar los movimientos sociales y de reflejar”, sigue. 

En eso, reflexiona cómo era el momento del origen de DeSastres: “En el momento en que nosotros estrenamos DeSastres mucha gente se iba del país y esta también era una de las maneras nuestras de decir, para quienes no podemos viajar, que se puede viajar con la imaginación. Para quienes no podemos tirar todo y pensar que en otro lado se vive mucho mejor, decir que nosotros podemos quedarnos y con lo que hay, dos telas, un balde, un lampazo, y muchas ganas, mucha pasión y mucho amor, construir un camino”. 

Ficha DeSastres: Actúan: “Coqueto” Gastón Mori, “Pituco” Carlos Possentini y “Paquete” Víctor Acosta. Luces: Elena Cerrada. Sonido: José Luis de la Fuente. Dirección: Elena Cerrada. Idea, realización general y puesta en escena: Cirulaxia Contra Ataca Teatro.

“El aviador”

Sinopsis: “Un aviador, mimo y clown llega para cumplir su sueño: el de volar. Sin saber que este viaje lo llevará por grandes aventuras, descubrirá que no solo es un aviador sino que también puede terminar siendo un náufrago. Todo este mundo de situaciones que termina viviendo, lo lleva a darse cuenta de que la mejor manera de volar es la imaginación”. 

Damián Costa –creador e intérprete– cuenta que El aviador nació luego de que el dejara una compañía teatral de la que era parte en Barcelona y se animara a crear Cía. Demian, su proyecto personal. “Encaré El aviador  como una especie de temática. Elegí primero el tema y se me vino la imagen de un aviador clown, a partir del cual creé el espectáculo, para que sea tanto callejero como de sala. 

El aviador  se ha presentado el Festival Internacional de Mimo y Clown “Mimame” en Medellín, en el Festival de Lartbb 2019, en Biel Bienne Suiza, y en la Sala Versus en Barcelona.

En cuanto a Rafaela, Damián cuenta que hace mucho venía observado el evento y celebra la posibilidad de estar allí este año y que El aviador  “siga viajando”: “Me parece que es muy rico y que tiene poco que envidiarle a otros festivales que he estado”. 

También reflexiona sobre ese variado recorrido de la obra y la danza entre grandes capitales del mundo y rinconcitos en las Sierras: “Me encanta participar de festivales, es un sueño, pero tampoco tengo una pretensión de un cierto tipo de público o de grandes eventos. He estado con el espectáculo en funciones mínimas en escuelas, he actuado en cárceles y te encontrás con unas respuestas impresionantes que bueno, que decís ‘ahí está lo que estoy buscando’: el encuentro con el público, con cualquier tipo de público, donde sea, de cualquier lado”. 

Sobre lo que propone, dice: “Es El aviador, un viaje a la imaginación, porque es un espectáculo donde el personaje va planteando muchas situaciones entonces es como muy necesaria la imaginación de la gente para terminar de cerrar lo que se está contando. Son pequeños elementos, pequeños materiales que logran que la gente entienda esta historia que, más allá de que sea de mimos, de clowns, de teatros, lo importante es la historia. Les llega tanto a adultos como a niños: a los niños a través del clown, del gesto, del humor y a los grandes porque tiene connotaciones de películas como El náufrago, cosas que están en el inconsciente colectivo de todos nosotros. Apunta a ser universal, a que se entienda en cualquier lugar del mundo y a disfrutarlo, tanto niños como adultos que vuelven a ser niños por un rato, disfrutarlo como si se estuviera viendo una especie de película pero en vivo y en directo”. 

¿Y por qué, si Damián es mendocino y gestó esto en Barcelona, la obra se califica dentro del programa de Rafaela como originaria de Córdoba? Simple: Costa hace ya tres años y después de dos décadas en Barcelona que eligió esta provincia como su hogar. Así que la obra llega al FTR desde Córdoba. 

Ficha El aviador: Clown. 50 minutos. Para toda la familia. Dirección e interpretación: Damián Costa. Asistencia técnica: Eric Pujós Garriga y Celia Lemoine. Música: Mezcla Matías Costa. Producción Artística: Cia. Demian.

“El aviso desoído”

Sinopsis: “La obra se alimenta de múltiples culturas, creencias y mitos tanto de Argentina como de otros territorios latinoamericanos que cruzan el tiempo en la voz de relatos orales.  Varios personajes la habitan: Antileo, un caballo overo y Rosaluna, una vieja mujer con sus sentencias. Nos cuenta la historia de amor entre innumerables Rosalunas y Antileos: seres atemporales que por momento son animalmente niñxs, que por otros son arrastrados por designios que no son más que códigos a romper”. 

Mayra Inés de Paco, una de lxs intérpretes, relata que empezaron a crearla en pandemia. Habían convocado a Carlos Alberto Piñero porque querían trabajar con él y luego de apenas un par de encuentros se les vino encima la ola de covid. Así que la crearon íntegramente a través de encuentros virtuales, al punto que incluso el estreno fue virtual: “La verdad es que fluyó mucho, creemos que tiene que ver con la importancia que tiene la imagen, es casi animación”. 

Sobre la historia, dice: “Era parte de un cuento, de un cuento mapuche, que teníamos en un libro de adaptación libre. Nos gustaba la historia pero no era tan interesante como estaba escrita, entonces convocamos a un poeta de Río Cuarto. Se unió a los ensayos virtuales y fue escribiendo conjuntamente con la creación escenográfica. 

La obra es de teatro de papel. Mayra cuenta: “Nosotros hace mucho que trabajamos en teatro de papel, en sus distintas variables, ¿no? Hacemos Kamishibai hace unos 15 años, cuando casi no circulaba en el país. Todas nuestras obras ahora de repertorio, que son seis, son todas en teatro de papel”. 

“Pero esta es la que más mecanismos tiene, tiene mucho despliegue, como si fueran libros, álbumes que se abren, algunos con pop-up, y títeres planos, títeres planos con un tipo de manipulación que es casi de animación. En eso, Carlos Piñero, que es un groso, fue muy preciso en su dirección. Es la primera vez que nos dirige alguien del rubro de los títeres, siempre trabajamos más con directores de teatro. Entonces la obra tiene más animación, si se quiere. Por otro lado, hay un artista plástico en el grupo, por eso también es más fácil poder trabajar, conjugar las dos disciplinas, la plástica y la escénica, porque estamos permanentemente con el creador, no es que contratás a alguien de afuera para hacerlo”, completa. 

Para cerrar, habla sobre el FTR: “Es un evento que es como que te conmueve cuando te llega la invitación. Estuvimos una vez, hace unos 10 años, y nos abrió mucho la cabeza las cosas que vimos, con la gente que pudimos compartir, es un festival inconmensurable. Es de esos festivales donde toda la comunidad de esa localidad sabe, participa, espera ese acontecimiento. Por eso es como tan interesante ese vínculo con ese público, ¿no? Que está ahí, ávido, aceitado y sensible

Ficha El aviso desoído. En escena: Mayra Inés de Paco y Gabriel Conti. Dirección general: Carlos Alberto Piñero.Dramaturgia: Raúl Marcelo Fagiano.Ingeniería en papel: Gabriel Conti. Diseño lumínico: Facundo Dominguez.Diseño sonoro: Marcelo Frankel. Fundamentación teórico conceptual: Laura Estela Fernández de la Serna. Asistente de movimiento corporal: Sofía Piñero Gallo.

“La Celestina, tragicomedia de Lita”

Sinopsis: “Las voces de la clásica obra de Fernando de Rojas atraviesan a Lita que está en permanente riesgo de muerte, con sus manos debe sostener una escenografía que se le ha caído encima. Todo pende de un hilo y ya no le quedan fuerzas, aún así reirá, llorará y gozará hasta el final uniendo lo que le acontece con la historia de La Celestina. Los textos de La Celestina de Rojas, se apoderan de una payasa que está tendida en el piso. El espectador es invitado a acompañarla dentro de la escena, actuando sin actuar, en un viaje único e irrepetible. El dispositivo escenográfico es un gran espiral suspendido que forma figuras sorprendentes. En esta Celestina reirán, llorarán, cantarán al amor, al dolor, a las contiendas y a la muerte”. 

De David Picotto y Julieta Daga, La Celestina estrenó en Córdoba en 2021 y llega ahora al FTR. Daga resalta lo feliz que está con Lita: “Ese personaje me permite conocer el mundo. Me  ha llevado a muchos festivales, a encontrarme con la gente de manera amorosa y crítica. Es como una gran amiga que tengo para encontrarme, con la gente y conmigo misma, me lleva a lugares muy profundos”. 

En cuanto a ese personaje, repasa cómo fue creciendo con los años, desde el teatro para las niñeces de sus comienzos, hasta el teatro para adultxs con Mediasnoches payasas y Las Perez Correa: “Siempre la payasa encuentra en el dispositivo de la escena y del rol que le toca llevar a cabo una posibilidad de juego. Allí, con los elementos que constituyen esencialmente mi personaje, crezco”. 

En esta obra se suma que hacen una adaptación muy particular de clásico de Fernando de Rojas: “En La Celestina lo que pasa es que el dispositivo textual, el clásico, le ofrece a la payasa un universo de exploración emocional y de estados muy propicios para alimentarse. El lenguaje payaso bucea entre todas las emociones que tienen las personas. Pero se trabaja con el material propio por sobre todas las cosas. El material, el insumo para construir ese personaje payasa mío es mi vida, es lo que me pasa, es lo que siento, son mis tropiezos, son mis dificultades, también mis alegrías. En La Celestina lo que hay es que ofrece una posibilidad trágica que es el origen de la comedia, digamos. El destino trágico de los payasos es hace reír. Que se tropiecen con algo, que se resbalen con una banana es un destino trágico que todos sabemos. Sabemos que le van a pasar cosas, y eso nos hace reír”. 

“Sabemos que le van a pasar cosas. Ella empieza la obra diciendo que lo que pasa es muy feo, que lo que pasa es muy triste, y sin embargo pasa por ahí, a pesar suyo, para contar la historia y que el público se ría y se emocione de saber que no se puede escapar de eso que está contando y que no sorprende. Lo que sorprende es la manera en que se cuenta”, suma. 

También, consultada por ello, habla del “riesgo” del peso que hay en la interacción con el público: “La historia debe ser contada en relación a las reacciones de ese público, si bien hay una estructura lo suficientemente fuerte armada como para que la obra no se desmadre. Pero debo atender, a las particularidades de cada caso para darle valor también, el valor que se merece cada uno de los públicos”. 

Daga recalca: “Cada espectador que pasa a trabajar conmigo tiene su valor y tiene su importancia dentro del relato y se la damos”. 

El otro desafío es escenográfico: “Es un dispositivo que se mueve, que yo lo manejo con cuerdas. Está suspendido sobre el escenario y yo lo modifico con las cuerdas y eso va generando imágenes y también se las doy al público para que las manipule”. 

“Entonces, según cómo el público manipula eso, también modifica algunos discursos del relato, pero no esencialmente. Eso hace que el espectáculo sea vivo, que es una de las necesidades que tenemos como artistas con Piccotto, que el espectáculo sea mutante, que forme parte de estos tiempos mutantes, que no sea estanco, y que también haga que el público se sienta partícipe y artífice del espectáculo. Porque a nosotros nos parece que el teatro, es eso, no es obra de los artistas únicamente sino que el público participa en un alto porcentaje en la construcción de lo que es el espectáculo”, concluye. 

Ficha La Celestina: Actúa: Julieta Daga. Diseño de vestuario y escenografía: Santiago Pérez. Asistencia y realización de vestuario y escenografía: Natalia Guendulain. Música original: Juan Andrés Ciámpoli. Diseño lumínico: Lilian Mendizabal. Asistente de dirección: Mariela Ceballos. Operadora de luces: Daniela Abayay. Operadora de sonido y Asistente de dirección: Mariela Ceballos. Autoría: David Piccotto y Julieta Daga, versión libre de “La Celestina”, de Fernando Rojas. Dirección: David Piccotto.

“La Sapo”

Sinopsis: “A mi abuela le dio un ACV. Entonces me mudé con ella. Viví tres meses con mi abuela. En esos tres meses aprendimos a hablar de vuelta. Por tres meses la escuché murmurar dormida: insultar, entre maullidos, a sus fantasmas. Un día mi abuela, de pronto, recuperó su voz. Y empezó a escupir sapos. A tejer, en el patio lleno de oscuridad, una enredadera de secretos a nuestro alrededor”. 

Ignacio “Nacho” Tamagno pasó junto con Eva Bianco por Rafaela 2022. Allí, en el work in progress que hicieron, hubo cambios fundamentales para el resultado final del que se puede disfrutar hoy: “Nuestro paso por el FTR del año pasado fue clave en cinco sentidos. Primero, a partir del trabajo con Lorena Vega, consolidé mi mirada de dirección y decidí que tenía que pasar a dirigir y dejar la escena, porque, entre otras cosas, el personaje era para una chica pero también para quitarle autoreferencialidad al trabajo y consolidar su universo poético propio”. 

En segundo lugar, Tamagno considera que en esa instancia pudo consolidar su “dinámica de creación en residencia”. Además, definieron “materiales decisivos” para la puesta. 

En tercer lugar, según enumera, consolidó su relación con Bianco y sumó “la mirada de Joha Sporn y Tati de Gennaro, que fueron fundamentales”. 

“En cuarto lugar, para mí era súper importante enfrentar la obra en crudo, en proceso, al público de Rafaela y continuar el trabajo a partir de esa sensación, de esa devolución, ver si la hipótesis sensible del trabajo funcionaba o no con el público de Rafaela que tiene una mirada muy formada, pero con un registro sensible otro al de las capitales, más de pueblo, como yo”, sigue. 

“Por último, recibimos devoluciones de crítica que fueron decisivas y que nos envalentonaron a ir a fondo con la apuesta del trabajo. Sobre todo, fueron fundamentales las devoluciones de Julieta Zeta (Farsa Mag), Natalia Laube (Página 12), Miguel Passarini (El ciudadano), Mónica Berman (La Nación, Funámbulos) y Mónica Borgogno (La otra Butaca)”, repasa. 

Sobre Rafaela, comparte: “Es una cosa muy rara, en donde se produce una condensación de teatro de todo el país. Dura poco aunque debería durar todo el año. Su fugacidad es tan potente como su impacto. Voy desde hace muchos años y siempre salgo transformado. Lo que pasa con el público es muy especial. Es muy raro que exista un público con tanto entusiasmo teatral, y tan calificado, es muy raro pero sobre todo muy bueno. Uno se va impregnado de esa energía después del festival. Y las obras salen fortalecidas de ese trance. Es un festival a la vieja usanza, donde se juntan críticos, artistas, programadores, productores, todo el tiempo, entonces se trafica mucho teatro en el festival desde diferentes ángulos”. 

Y sobre la posibilidad de que quienes vieron el proceso de La Sapo el año pasado vean el resultado ahora, piensa: “No sé qué le va a pasar al público cuando vea La sapo, pero espero que la disfrute, porque está hecha para ellos. En el caso de que hayan podido ver la obra en proceso y luego ahora ya montada, creo que será una instancia de reencuentro. Ojalá no fuera tan raro y más festivales hicieran la apuesta de alojar trabajos en proceso y diálogos a su alrededor”. 

“Al equipo esta instancia nos genera la misma felicidad de ir a cenar con los primos. Amamos Rafaela. Y siempre es una ocasión de felicidad muy grande volver al Festival”, concluye. 

Ficha La Sapo. Actúan: Eva Bianco y Carolina Saade. Escenografía: Maxi Bini. Luces: Estefanía De Gennaro. Producción ejecutiva: Florencia Moresi (La Parisina). Producción general: Ignacio Tamagno. Producción artística: Johanna Sporn. Dirección y dramaturgia: Ignacio Tamagno.

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