Comentario de “Solo llamé para decirte que te amo”

La comedia, con dirección de Lautaro Metral, es una propuesta sólida para no perderse, que vale la pena ver por una diversidad de razones. Continúa con funciones los sábados de octubre en La Brújula. Risas aseguradas. 

Por Micaela Fe Lucero

Una comedia eficaz, con una dramaturgia crudamente realista y una puesta en escena muy cuidada y trabajada de un equipo que aprovecha a fondo los aspectos más destacados de ésta. Así es Solo llamé para decirte que te amo, una coproducción de La Brújula y Proyecto Madrid, con dirección de Lautaro Metral, que estrenó el pasado septiembre y que se puede seguir disfrutando durante octubre. 

Su sinopsis dice: “Es la mañana de un típico domingo en la casa de Patricia. Suena el teléfono y recibe un llamado inesperado que puede cambiar su vida para siempre. Patricia queda sorprendida mientras toda la familia comienza a correr y gritar por toda la casa, trayéndola nuevamente a la realidad. Una nuera que se instaló en la casa, hijos que no trabajan, una hermana entrometida y una abuela adolescente conviven con las ilusiones de Patricia, una mujer que se desafía entre sus sueños y la realidad. Sólo llamé para decirte que te amo una comedia que pone en escena las típicas discusiones y problemas actuales de cualquier familia”. 

Al hablar de Solo llamé para decirte que te amo, cabe primero tener en cuenta una de las motivaciones que motorizaron al equipo en el proceso que derivó en esta propuesta en particular. Su director contó en entrevistas que buscaban hacer una obra más cercana al teatro comercial (siendo lxs del grupo mayormente trabajadorxs del teatro independiente u oficial), pero, que en suma, fuera un aventurarse en otro terreno teatral a explorar, un trascender prejuicios y etiquetas y, lo más importante, con espíritu de hacer un teatro bien cercano a lo popular. 

Este es un propósito interesante y aporta otra dimensión para pensar no solo lo que se verá en escena, sino que también da un punto de vista más para observar la escena cordobesa, su diversidad, y sus búsquedas. 

La atractiva escenografía carlospacense y lo bien que se funde con una sala como la de La Brújula, el público que llena el espacio y los acordes de I just called to say I love you, son la primera posta alcanzada en ese propósito mencionado, uno de los que inspiran a este grupo. 

Un equipo a la altura

La dramaturgia de Nelson Valente condensa las observaciones de una mirada llena de humanidad y avizora de la realidad sobre el panorama actual de miles y miles de familias: una docente agotada y llena de responsabilidades en el hogar, jóvenes sin rumbo, adultxs que tampoco tienen muy en claro cómo llevar adelante una vida que trae más frustraciones y dificultades que plenitudes. Todo en un contexto socioeconómico en fuerte crisis. La historia de Solo llame para decirte que te amo hace eso visible de forma demasiado cruda y abre la puerta a charlas y reflexiones. 

Charlas y reflexiones que no opacan la comedia que es, que son abono de fuertes y constantes risas sobre lo cercano y lo frustrante con lo que personas de una edad u otra, de un origen u otro, encontrarán algún espejo para pensarse. Para pensarse y reírse de nosotros mismos, para intercambiar miradas cómplices de una butaca a otra, para, al final, preguntarse si hay deseos que puedan imponerse a la pila de dificultades que el presente acumula y barrer con la costumbre y los dolores para atender la llamada de otras cuestiones que nos prioricen. 

Para ello, el trabajo del equipo de hacer alquimia sobre lo frustrante y presentar una paleta de personajes con llegada, a los que dan vida con talento para hacer reír. Los parientes de Patricia tienen cada uno sus propias personalidades que se distinguen bien una de otra. Eso conforma un conjunto variado, lleno de matices y atractivo. Se nota especialmente, por ejemplo, en los dos hermanos: son mellizos y ninguno sabe qué hacer con su vida, pero no por eso se solapan sus desarrollos. 

Allí hay un trabajo cohesionado entre intérpretxs y director, sobre un texto bien elegido, para construir cuidadosamente a esta variopinta familia, para que no se pierdan sus problemas en común pero que no se difuminen sus contornos. 

Es imposible no distinguir a alguno sobre otro, como por ejemplo la abuela, interpretada por Chacha Alvarado. Una sola frase de ella, sin que ni siquiera esté sobre el escenario, transmite toda su personalidad y arranca risas y aplausos de un público al que hacen cercano sin necesidad de romper la cuarta pared y que llevan pendiente de cada gesto. 

Pero también hay otros, como el de la misma Patricia o el de Camila (Carolina Britos y Milagros Ponce) cuyo arte pasa bastante por representar mujeres en las que la procesión va por dentro (gran parte del tiempo). Entre el ruido de esa familia que no da tregua, sus pensamientos e intenciones, o también el cierre a cargo de las dos, se hace con gestos clave, sin palabras, son símbolo de procesos y maduraciones que, sin bulla, las llevan a correrse de lugar, de forma más o menos buscada. 

En suma, se puede hablar de una comedia bien elegida y bien trabajada por parte de todos (cada uno tiene su espacio y momento para brillar y nadie se queda atrás), que encanta al público que se retirará, satisfecho, de la sala. 

Coordenadas de “Solo llamé para decirte que te amo” 

Solo llamé para decirte que te amo. Sábados de octubre a las 21 en Teatro La Brújula (Rivadavia 1452). Entradas disponibles en teatrolabrujula.empretienda.com.ar/entradas/entrada-solo-llame-para-decirte-que-te-amo-precio-final

Ficha técnica

Dirección: Lautaro Metral. Dramaturgia: Nelson Valente. En escena: Chacha Alvarado, Agustín Bazán, Carolina Britos, Jorgelina Castagno, Gabriel Marasini, Milagros Ponce y Lautaro Ruiz. Asistencia de dirección: Candela Reinoso. Diseño de vestuario: Milagros Ponce. Diseño y realización de escenografía: Lautaro Metral, Alejandro Issidoros, Carlos Moreyra y Candela Reinoso. Diseño de iluminación: Lautaro Metral. Utilería: Candela Reinoso. Diseño gráfico y fotografía: Rodrigo Brunelli. Comunicación: Silvia Pérez Ruiz y Milagros Ponce. Producción ejecutiva: Agustín Bazán y Milagros Ponce. Una producción de Proyecto Madrid y Teatro La Brújula.

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